viernes, 29 de abril de 2016

sincronizate con el universo


SINCRONIZATE CON EL UNIVERSO
ALBA LUCIA CASTRO, psicóloga, abril 29 2016

Alguna vez ha nadado contra la corriente en un caudaloso y profundo rio? ¡Podría imaginárselo! Implica un gran esfuerzo físico, mental, emocional y de todos modos es una locura arriesgarse a hacerlo. Sin embargo, eso es lo que sucede cuando Ud. no asume la realidad tal como es y opta por hacer las cosas a su modo.

Por naturaleza estamos en un planeta que pertenece a un universo en el que coexisten varios sistemas ecológicos en los que los seres vivos e inertes que los conforman de una u otra manera se sirven unos de otros para subsistir, evolucionar en sus ciclos y cumplir sus misiones en el universo.

Simple! Cuando alguno no funciona, los efectos negativos para el mismo y para quienes interactúan con éste, no se hacen esperar. Cuando los recursos naturales no se respetan y cuidan, se acaban y los fenómenos en los ciclos evolutivos producen una serie de problemas para el ecosistema, tal como los que hemos estado viviendo de sequías e inundaciones, escases de alimentos y agua, muertes de personas y animales por tal causa, entre otros.

En el universo, las comunidades y pequeños grupos sociales, existen formas de organización a través de leyes y normas morales, sociales, legales, tacitas y explícitas, con el fin de sostener la subsistencia y progreso de la empresa, familia o comunidad.

Las leyes naturales y mandamientos divinos son inmutables, permanentes,  al igual que los inquebrantables los valores universales que de estas se desprenden como amor, bondad, respeto, responsabilidad, justicia, prudencia,  honestidad, honradez y muchos más. Lo que si cambia son las circunstancias que plantea la naturaleza y la vida por la evolución del universo, las formas de usufructo que puedan ejercer los humanos en éste.

En la cotidianidad el asunto es sencillo. La urbanidad de Carreño en su fundamento sigue siendo válida, pero la evolución del ser humano, ciencia y tecnología han cambiado las condiciones espaciales, las relaciones entre las cosas y las personas, las condiciones de convivencia y trabajo entre los mismos humanos.

En síntesis, es absurdo pretender educar un hijo con la filosofía autoritaria de “la letra con sangre entra”, o creer que las mujeres son objeto de propiedad del marido y que deben obedecerlo ciegamente; los meros machos y las feministas extremas ya no “cuajan” en el ritmo de vida actual, pues para darle permanencia a un matrimonio, la aceptación del otro y la distribución de responsabilidades es necesaria.

Hay gente que no observa la realidad, la ignoran para no complicarse, se cierran a lo que aprendieron en la niñez o se aferran al mundo interior que tienen rechazando todo lo externo. De cualquier forma esto sólo conlleva a nadar contra la corriente, a obrar de manera poco funcional, desadaptativa y a cometer errores a veces con graves consecuencias.

Es recomendable sincronizarse con el universo, estar al tanto de los movimientos y cambios del mundo, saber lo que sienten, piensan y desean quienes están a su alrededor,  porque el reto es afrontar la realidad  fundamentado en los valores universales, las leyes divinas y naturales para conservar la vida propia, la familia, las instituciones y la especie humana a través de la  satisfacción las necesidades físicas, psicológicas, intelectuales, emocionales, comunicativas, sociales y espirituales.

Cuando te sincronices con el universo, dejaras de juzgar y criticar, comprenderás a tus congéneres, serás mas asertivo, sentirás que todo fluye más armónicamente, disminuirán los problemas y minimizarás factores de estrés, logrando una vida más agradable.