¡FRENTE A LA MUERTE, VOLVER A NACER!
ALBA LUCIA CASTRO, psicóloga.
Enfrentar la noticia de un cáncer
con metástasis, jamás es fácil, pero hay personas admirables que nos dan
ejemplo de cómo afrontar lo más temido. Hoy quiero compartir una historia real
porque ninguno de nosotros está exento de vivir algo similar.
Pedro*, un hombre de 50
años, en la flor de su vida productiva, orgulloso, machista y terco, con un
historial de buen estrato social y altos cargos laborales, quedó en shock al
conocer el pronóstico porque lo abrumó la incertidumbre de quién era él en
realidad, para que había nacido y que era la muerte.
Su amante esposa, amiga y compañera fue el primer poste que
lo sostuvo y luego personas significativas para él lo llevaron a convencerse de
2 cosas que fueron el jalón para salir del shock: 1) esta vida humana es un
simple paseo, morir es volver al mundo espiritual del que venimos, entonces ¿a
qué temer? 2) el dueño de la vida es El
Creador, por tanto los conceptos médicos pueden ser obsoletos frente a lo que
El Creador decida.
Luego, Pedro decidió vivir cada día a consciencia reencontrándose
consigo mismo, con Dios y el universo. Aprendió a
interpretar sus egos y miedos, a ser más tolerante no solo con los demás, sino
con sus propias taras.
Decidió vivir cada minuto haciendo todo lo posible por tener
paz en el alma y disfrutar de los pequeños detalles de la cotidianidad.
Mientras cuida de su cuerpo, deja fluir el amor de su alma y la ternura de su
corazón para dársela a sus familiares y amigos.
Entonces su vida cambió. Ahora comprende que el
resentimiento y el orgullo son basura que impide ver lo bello que tiene la
gente que nos rodea y oculta la maldad disfrazada de amabilidad por quien busca
el poder y la gloria mundana a costa de nuestra bondad. Reafirmó que cada
persona vale por el brillo que le dan las virtudes a su alma más no las monedas
de sus bolsillos.
Ahora todo fluye mejor en su vida, en cada paso encuentra
mensajes de fe y esperanza, vive sereno porque no siente la angustiosa
responsabilidad de vivir o morir, pues es la voluntad de Dios. Percibe y goza
del amor de hijos, esposa, familiares y amigos, siente su apoyo y se fortalece
con las oraciones de quienes le aprecian.
Según Pedro y su esposa: “la experiencia de la muerte es una escuela
de vida. Nos da la posibilidad de mirar atrás y ver los errores como
experiencias de crecimiento y no como un obstáculo; nos libera de culpas y
resentimientos que con los años se convierten en comportamientos poco generosos
con nosotros mismos y por supuesto con los demás.
Verse enfrentado a la muerte, es tener la oportunidad de volver a nacer
para vivir eternamente en el amor de Dios, sin importar si sigue encarnado e
imperfecto como humano o si trasciende a la vida espiritual”.
Dios siga bendiciendo a Pedro y
su esposa y nos permita aprender algo con esta historia.