ALBA LUCIA CASTRO, psicóloga, 12 dic 2012
Para los niños es bastante difícil manejar la frustración, la ira, la
tristeza y la incertidumbre, entre otras tantas emociones a las que poco a poco
se van enfrentando. Su mejor apoyo es mamá y papá, pero cuando el problema es
con ellos, aún es más complicado manejarlos.
La vida no es color de rosa, sino un rosal lleno de espinas, por eso a
los niños no se les debe dar gusto en todo lo que piden ni satisfacerles todos
los caprichos. Lo peor que pueden hacer los padres es fijarse como meta que sus
“hijos no sufran lo que a ellos les tocó” porque tras este criterio les
sobreprotegen y les dan mucho más de lo que necesitan.
Todo ser humano necesita tener normas y limites para sentirse seguro
del camino que debe tomar. Si todo lo que pide le es concedido, aprenderá a
recibir pero no a dar, mas cuando no le den o se le presente un obstáculo,
además de no controlar sus sentimientos negativos, podrá llegar a ser tirano, a
atropellar los derechos de otros, (chantajear, manipular, golpear, robar o incluso
matar) con tal de conseguir lo que quiere.
Es natural del humano sentir necesidades las cuales le sirven de
motivación para pensar, tomar decisiones y encauzar sus acciones al logro de la
satisfacción de la necesidad. Un niño sobreprotegido no aprenderá a
responsabilizarse de si mismo porque no sabrá que hacer con una necesidad si
otro no se la satisface. Probablemente puede llenarse de ira, envidia,
resentimiento y ser agresivo o sufrir depresiones.
Cuando el niño no obtiene lo que desea o las cosas le salen mal,
necesita ser escuchado, comprendido, recibir orientación y consejos ética y
moralmente rectos. Debe aprender a descargar las emociones negativas quizás
golpeando una almohada, llorando, respirando profundo mientras da una caminata
o ejercitando algún método de relajación y meditación.
El niño debe comprender que el mundo es tal como es y que el éxito en
la vida es afrontar los problemas de manera inteligente, para lo cual debe
serenarse primero, luego analizar objetivamente causas, hechos y consecuencias;
plantearse alternativas de solución; elegir la mas conveniente y convertir el
problema en un proyecto de solución en el cual trabajará con entusiasmo y perseverancia.
También es importante que el niño aprenda que no siempre existe la
posibilidad de lograr la solución ideal, pues a veces toca escoger entre lo
menos peor o simplemente adaptarse a la realidad, mientras no atente contra su
vida física o mental y si es el caso de una situación cruel, el niño debe saber
que es necesario tener fe en si mismo, en su Creador y luchar por su
supervivencia.
El criterio principal para definir entre las alternativas de solución,
es que en la vida nada es totalmente malo ni absolutamente bueno, nada es
perfecto y nadie es totalmente sabio; que las cosas se encuentran en diferentes
matices, y que en medio de las peores situaciones es conveniente encontrar algo
bueno y reconfortante, así sea el amor en el fondo de su corazón y recuerdos e
ilusiones en los secretos de su mente.
Otro criterio sano que debe aprender es que el tiempo a veces es el
mejor amigo, lo cual implica directamente aprender a ser paciente y tener fe en
que en algún momento mejorará la situación.
También es importante que aprenda a separar el problema de las otras
personas y situaciones que le rodean, pues si generaliza la negatividad se agrandará
el problema al punto de volverlo
imposible de resolver. “Recuerde que
educar es preparar para la vida”
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