LOS VIEJOS SON
COMO LOS NIÑOS
ALBA LUCIA CASTRO, psicóloga, octubre 2009
La ley de la
evolución es inclemente con la vida humana. Nacemos, crecemos y logramos el
máximo desarrollo físico a los 25. De ahí hasta los 50, la maquina funciona sin
mayor esfuerzo. Después, depende de los cuidados que se hayan tenido y los que
se tengan, pero a los 70 definitivamente la máquina ya no es igual.
El estilo de
vida, los principios y valores influyen muchísimo en el caminar por la vida.
Algunos caminaron a tropezones, otros sobre alfombras mágicas y la mayoría
sorteando los momentos críticos con fe, esperanza y el amor de los suyos.
Cada arruga es
una señal de las batallas. Las canas son símbolo de que la maquina ya no está
generando la misma cantidad de células nuevas que reemplazan a las que mueren.
La mirada indica los sentimientos que se guardan y las huellas plasmadas en el
alma…..
Los viejos ya no
tienen fuerzas, se mengua su capacidad de autonomía y esto afecta su autoestima;
se vuelven frágiles como los niños. Duele entonces perder el autocontrol y
sentirse preso en un cuerpo que ya no responde igual que en la juventud, la
frustración puede presentarse con mas frecuencia y disolverse con mas
dificultad y lentitud.
Ahora tienen mas
tiempo para enfrentarse consigo mismos, con su vejez, con sus frustraciones,
con sus dolores físicos y morales…. Con su cruda realidad de no ser el joven
trabajador exitoso o la supermamá indispensable para hijos y vecinos……
El dolor de ser
viejo aumenta cuando los hijos con sus actitudes de rechazo, burla, o abandono
los hacen sentir como viejos decrépitos, inútiles y estorbosos, desconociendo
que ellos fueron quienes les dieron la
vida.
Quizás el
viejo(a) no haya sido el mejor padre o amigo, pero qué mas da si volver atrás
para reparar el daño no es posible. Los hijos no tienen derecho a juzgar a los
padres, tampoco a castigarlos con la indiferencia y el abandono, pues como no
hay nadie perfecto, la comprensión y el perdón son el mínimo acto humano debido.
Así como los
padres deben proteger y velar por el bienestar y el desarrollo de sus hijos,
los hijos deben proteger y velar por el bienestar de sus padres, deben brindarles
una calidad de vida digna mientras les llega el día de la muerte.
Los hijos deben
“Honrar a padre y madre” por el simple hecho de llevar su sangre en las venas y
mucho mas cuando recibieron amorosos cuidados y se percataron de los esfuerzos que
sus viejos hicieron para prepararlos para la vida.
¿Confiaría Usted
en alguien que no trata con respeto a quienes le dieron la vida?
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