INCOHERENCIAS QUE
LLEVAN AL FRACASO
ALBA LUCIA CASTRO. psicologa, 12/12/2004
Pareciera que mas de
una persona vive bajo el principio de “el que peca y reza empata”, pues no
toman conciencia de sus actos cotidianos, viven con la ley del menor esfuerzo,
pero dedican buen tiempo a la iglesia o a entidades de caridad
Veamos incongruencias
comunes y casi que risibles, para no adentrarnos en cuestiones consideradas
como patologías psicológicas.
Que opinan del marido
infiel que usa irresponsablemente su sexualidad y va dejando hijos regados
sufriendo por falta de suficiente alimentación y manutención, pero es el
colaborador numero uno del coro de la iglesia.
Que podemos decir de
una mujer que entre semana trabaja y luego va a culto, pero no hay quien
oriente el tiempo libre de sus hijos ni les brinde compañía y afecto, sin
embargo, para educarlos los lleva a rastras a los programas de la iglesia.
Y que dicen del
trabajador que habla mal del patrón, trabaja en plan tortuga o no aporta sus conocimientos y experiencia a
sus compañeros ni a la empresa, pero se queja de que no hay trabajo.
Mas gracioso es quien
desperdicia los materiales, alimentos o elementos, propios o dejados bajo su
responsabilidad en los sitios de trabajo, pero vive rogándole a Dios que le
mejore su situación económica.
Tal vez algunos confiesan y piden perdón por la violencia psicológica y física que ejercen
sobre sus parejas, hijos o familiares, o por el abandono en que tienen a sus
progenitores, pero después del ritual vuelven a las mismas. Tal vez a algunos
la ley del amor al prójimo no les alcanza para su familia.
¿Usted cual cree que
puede ser la razón de estas incoherencias?
Probablemente les falta tomar
conciencia de cada uno de sus actos, pero por qué sucede?
Definitivamente el ser
humano es supercomplejo. Muchas de sus actitudes son adquiridas como mecanismos
de defensa frente al ambiente en el cual
han crecido y se vuelven hábitos operativos automáticos, es decir actúan sin
pensar, en un mundo pleno de afán..
En otras ocasiones,
los modelos de comportamiento adquiridos, tienen criterios y principios basados
en desconfianza, egoísmo, venganza, envidia, soberbia, odio, resentimiento y
otras tantas actitudes destructivas.
¿Cuales son los
criterios que rigen su vida? Recuerde que lo que usted transmite en su
cotidiano vivir, es lo que sus hijos aprenden. Las palabras coherentes con lo
que Ud hace, refuerzan la enseñanza,
pero las contradictorias deseducan.
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