jueves, 30 de mayo de 2019

Tristeza y soledad en la vejez




Hay personas que llegan a la adultez mayor y se deprimen porque no saben qué hacer.

Los invito a reflexionar... pues es hora de recoger frutos y darse bienestar, es la época de cultivar el espíritu con mas tiempo para sí mismo, pues el resto de seres queridos tiene sus ocupaciones.... 

Ahora hay tiempo para tomarse un café sorbeado y saboreado mientras te ves una película en tv, internet o con palomitas de maíz en un cinema

Quizás consientas un jardín o pintes flores en portalápices o algún cofrecito para regalarle a alguien el día de cumpleaños o en navidad.

También será la oportunidad para leer libros que tienes entre el tintero.... o escribir en un diario como cuando eras adolescente...
 
Te serviría ser amable, descomplicado, acomedido y adaptarte en cualquier lugar al que te inviten o al que vayas para disfrutar de la compañia de quienes estén allí.

Es hora de callar y dejar que los otros vivan y aprendan de sus propias experiencias, a no ser que te pidan opinión y consejo... o que corran algún riesgo vital y puedas ayudar en algo.

A estas horas ya se sabe que no hay peor necio que quien no quiere oír ni peor ciego que el que no quiere ver... Ya no es tiempo de cargar con las responsabilidades de otros... 

Es hora de cuidar tu salud física y mental,  es hora de fortalecer el espíritu. Sí, que brille por tu paciencia, austeridad, tolerancia, respeto, prudencia, justicia y otras virtudes

Es hora de aligerar el alma con autoperdón y perdonar a otros. Al fin de cuentas, con los años se logra comprender que todos los seres humanos actúan reaccionando según sus miedos, creencias y costumbres,  la influencia familiar y social, el impacto de experiencias propias y ajenas y, en especial, según el grado de desarrollo personal y evolución espiritual con el que haya afrontado las situaciones en que haya ofendido a otros.
  
Es hora de deshacerse de ideas y creencias irracionales que no traen sino complicaciones y preocupaciones.

Es hora de dejar de ser juez, deja que cada quien viva sus momentos los cuales son distintos a los que tu viviste,  pues el mundo cambia y ellos lo afrontan como creen que les funciona.

Es hora de disfrutar de las cosas sencillas y tomar de cada familiar o amigo lo mejor de ellos, sin exigirle "peras al olmo".

Es hora de ser justo consigo mismo y con los demás. Es hora de reconocer lo recibido y ser agradecido con Dios, con las personas y con el universo.

Es hora de tener paz interior y mirar el mundo con el mismo amor que tu mereces darte.