¡No lo obligue a
comer!
ALBA LUCIA CASTRO, psicóloga, octubre 2009
Los niños durante
los dos primeros años por lo general comen sin problema porque el crecimiento
del cuerpo es acelerado y necesitan buena cantidad de alimento. Sin embargo
entre los 2 y 5 años disminuye el ritmo del crecimiento y por tanto la
necesidad de alimento. Los padres acostumbran a los niños a comer enormes
cantidades, pero y después estarán sufriendo por obesidad.
En primer lugar,
es importante empezar a estimular el gusto y el olfato desde los 3 meses de
edad, poniéndoles en la boquita gotas de jugos de frutas, caldo y darle a probar
diversos sabores. En la medida en que van creciendo se va aumentando la
cantidad y la concentración. Se debe evitar jugos cítricos como la naranja, el
trigo y el huevo porque a muchos niños les producen alergias.
Un error de los
padres es pretender que el niño a los 8 meses se coma un plato de sopa del
tamaño del adulto. Si en una comida el niño se toma 8 o 10 onzas de tetero, el
almuerzo debe ser en cantidad equivalente a las mismas onzas durante el primer
año.
Tan pronto salen
las muelas debe dejar de licuarse totalmente la sopa, se dejan trocitos pequeños
de verduras o bastimento porque hay que enseñarlo a masticar. El darle variedad
dentro de una misma comida, hace que el niño se acostumbre a comer de todo y si
un alimento no es de su total agrado solo tendrá que comer poquito y pasar a
otro sabor.
Es importante
darle 6 onzas de sopa, 2 onzas de hortalizas, verduras o legumbres; 2 onzas de carne,
pollo o pescado molido o finamente desmechado y 2 onzas de un complemento de
carbohidrato (arroz, yuca, plátano, etc). Debe darse finalmente una cucharada
(1onza) de algo dulce como arequipe, compota o mermelada de alguna fruta y dos
o tres onzas de leche o un trocito de queso.
Todo entra por
los ojos, la comida también. Un plato grande y repleto le quita el apetito a
cualquiera. Un arroz de leche es más rico que el salado. Una torta horneada de
puré de papas con carne molida, verdura y queso, es más delicioso e igual de
nutritivo que las tres cosas por separado.
La ahuyama es
igual de nutritiva en sopa que en torta o dulce. La mazorca sabe mejor en
tortillas fritas y la arracacha en finas tajadas fritas es mejor que sudada.
El acto de comer
debe ser placentero, nada de gritos ni estrujones porque relacionará la comida
con miedo, angustia y displacer. Si el niño no come es porque ya le cogió
fastidio al acto de comer, porque su cuerpo no lo necesita o porque está
enfermo. Recuerde que es normal que unos días coma mucho y otros días no come
sino la mínima cantidad que necesita.