viernes, 22 de julio de 2016

ALIMENTACIÓN de BEBES E INFANTES

¡No lo obligue a comer!
ALBA LUCIA CASTRO, psicóloga, octubre 2009

Los niños durante los dos primeros años por lo general comen sin problema porque el crecimiento del cuerpo es acelerado y necesitan buena cantidad de alimento. Sin embargo entre los 2 y 5 años disminuye el ritmo del crecimiento y por tanto la necesidad de alimento. Los padres acostumbran a los niños a comer enormes cantidades, pero y después estarán sufriendo por obesidad.

En primer lugar, es importante empezar a estimular el gusto y el olfato desde los 3 meses de edad, poniéndoles en la boquita gotas de jugos de frutas, caldo y darle a probar diversos sabores. En la medida en que van creciendo se va aumentando la cantidad y la concentración. Se debe evitar jugos cítricos como la naranja, el trigo y el huevo porque a muchos niños les producen alergias.

Un error de los padres es pretender que el niño a los 8 meses se coma un plato de sopa del tamaño del adulto. Si en una comida el niño se toma 8 o 10 onzas de tetero, el almuerzo debe ser en cantidad equivalente a las mismas onzas durante el primer año.

Tan pronto salen las muelas debe dejar de licuarse totalmente la sopa, se dejan trocitos pequeños de verduras o bastimento porque hay que enseñarlo a masticar. El darle variedad dentro de una misma comida, hace que el niño se acostumbre a comer de todo y si un alimento no es de su total agrado solo tendrá que comer poquito y pasar a otro sabor.

Es importante darle 6 onzas de sopa, 2 onzas de hortalizas, verduras o legumbres; 2 onzas de carne, pollo o pescado molido o finamente desmechado y 2 onzas de un complemento de carbohidrato (arroz, yuca, plátano, etc). Debe darse finalmente una cucharada (1onza) de algo dulce como arequipe, compota o mermelada de alguna fruta y dos o tres onzas de leche o un trocito de queso. 

Todo entra por los ojos, la comida también. Un plato grande y repleto le quita el apetito a cualquiera. Un arroz de leche es más rico que el salado. Una torta horneada de puré de papas con carne molida, verdura y queso, es más delicioso e igual de nutritivo que las tres cosas por separado. 

La ahuyama es igual de nutritiva en sopa que en torta o dulce. La mazorca sabe mejor en tortillas fritas y la arracacha en finas tajadas fritas es mejor que sudada.


El acto de comer debe ser placentero, nada de gritos ni estrujones porque relacionará la comida con miedo, angustia y displacer. Si el niño no come es porque ya le cogió fastidio al acto de comer, porque su cuerpo no lo necesita o porque está enfermo. Recuerde que es normal que unos días coma mucho y otros días no come sino la mínima cantidad que necesita.

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