¿Quiere ser alguien adorable?
ALBA LUCIA CASTRO, psicóloga, sept 3 de 2016
Todos los seres humanos somos
diferentes, afortunadamente únicos e irrepetibles. El ser humano tiene
necesidades básicas de subsistencia, protección, conocimiento, afecto,
pertenencia, crecimiento y desarrollo, interacción, libertad y trascendencia,
pero cada quien busca de manera particular los satisfactores.
La cosa al parecer es compleja,
pero si todos reconocieran la libertad que tiene cada uno de vivir como mejor
le plazca sin dañar, perjudicar o entorpecer a los demás y al universo, si
negociaran acuerdos de ganar-ganar, no para imponer el poder y el control sobre
los otros, de veras que el planeta
tierra podría parecerse a un lugar placentero, amañador y satisfactorio.
Asuntos como los disgustos en las
parejas, son semillas para el amor o para la destrucción de la relación. Cuando
el machismo, feminismo, dinero, poder o egocentrismo se impone, se deja de ver
el fondo del conflicto y se pierde la capacidad de encontrar las causas,
razones, motivos y circunstancias reales para asumir la realidad tal como es.
La incapacidad para ponerse en el
lugar del otro impide una comunicación de doble vía, pues para comprenderse hay
que escucharse con tal atención que pueda llegar casi a sentir lo que siente el
otro, que pueda abrir su mente para entender lo que el otro dice sin juzgar,
pero el egocentrismo, esa poca habilidad para abrir la mente al mundo que lo
rodea, cierra toda oportunidad de diálogo y negociación.
La interacción es caótica con una
persona de bajo desarrollo de hábitos enfocados a valores como justicia,
prudencia, caridad, generosidad, solidaridad, honestidad y responsabilidad.
Pero también existen características
personales que causan reacciones negativas en la interacción por ejemplo la
impulsividad, que es reaccionar de manera inmediata, sin pensar, generalmente
llevado por sentimientos, emociones o por criterios inflexibles.
Generalmente estas reacciones en
lo verbal van acompañadas de crítica, sátiras y ofensas. También se
complementan con gritos y gesticulaciones que muestran ira, agresividad,
descontrol y hasta desesperación por dominar la situación, por tanto se vive en
un tira y encoge a ver quién puede más.
Por el contrario, hay personas
super lentas para procesar lo que perciben, no reaccionan a tiempo, entonces no
se defienden oportunamente, no pueden tomar decisiones con la prontitud que se
requiere, ni siquiera se les facilita aclarar sus sentimientos por tanto los
problemas no se solucionan adecuadamente o quedan guardados sin resolver y
resuenan cada tanto.
Nadie es perfecto, ninguno es
sabio, todos tenemos defectos, quizás un rayón mental, fisuras en el corazón y
un alma acosada por los retos de la vida. Sin embargo, nunca es tarde para
cambiar.
Lástima que muchos no logran
comprender que todos somos distintos pero generalmente complementarios, porque
la tendencia natural es mantener el bienestar, pero este solo se logra en la
interacción con otros. Ellos tienen conflictos con padres, hermanos, cónyuges,
hijos, compañeros, jefes y en especial consigo mismos.
¿Quiere ser alguien adorable?
Conviene autoevaluarse con alguna regularidad, aceptar falencias,
autocomprometerse a superarlas, tener autocontrol, tolerancia y fuerza de
voluntad para comportarse de manera más funcional comprendiendo las falencias
de otros y así lograr bienestar para sí mismo y para quienes conviven o
interaccionan con Ud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario