¿Relaciones perfectas o funcionales?
Alba Lucia Castro, psicóloga
Nada es perfecto, nada es ni
nadie tiene la verdad absoluta, nadie es sabio. Todo en absoluto todo tiene un
rango de cosas entre los dos polos opuestos, es decir tiene defectos y
cualidades, pero defectos más difíciles de manejar y otros que se pueden
manejar, cualidades que son productivas en algunas circunstancias más en otras
sobran o estorban.
No es tan conveniente centrarse
en el producto o resultado por sí mismo porque podría centrarse con exagerada
intensidad en el hacer descuidando el proceso completo que garantiza cierto
grado de eficiencia y eficacia posible.
ES conveniente dedicarle tiempo a
la planeación de la tarea, así sea una fiesta de cumpleaños, un viaje de
vacaciones, la elaboración de un producto o la prestación de un servicio,
planear es prever no solo el resultado, sino cómo va a lograr el resultado,
para lo cual tiene que tener una gran capacidad de apertura para escuchar,
indagar, visión futura, cierta imaginación, flexibilidad, capacidad de
adaptación y proactividad.
Las claves de una planeación
funcional son: 1) tener la mayor cantidad de información sobre qué es lo que se
quiere, por qué, para qué, para quién y las especificaciones deseadas en los
resultados. 2) prever los costos y
asegurarse de que cuenta con los recursos (financieros, locativos, humanos,
infraestructura, equipos, medios y forma de
comunicaciones y movilidad), contrastar los deseos del tipo de producto
con los recursos para definir las especificaciones que puede cumplir y si
conviene o no invertir costes, tiempo, esfuerzo para realizarlo o no.
Luego si se da un balance
positivo, se planea el cómo, es decir las tareas, actividades, el flujo de los
recursos y se coordina lo que hace cada persona, cómo, cuándo, dónde y en qué
utilizarán los recursos, esto implica organización y coordinación de cargas y
tiempos, para un trabajo en equipo, buscando los mínimos costos, en el mínimo
tiempo y con resultados adecuados, funcionales, que conlleven a cumplir con las
metas y especificaciones de lo que se quiere.
Ahora sí, se puede empezar a
realizar tareas, pero ojo, es importante verificar, hacer seguimiento de cómo
se está realizando, pues de nada sirve planear si no estamos vigilantes de que
lo planeado se lleve a cabo, pero no ciegamente, es necesario verificar si cada
paso va logrando los resultados parciales, las metas que llevarán a cumplir los
requisitos y verificar el uso del tiempo y de los recursos.
Cuando no se hace seguimiento,
control y evaluación, comparando lo planeado con lo que se hace, se corre el
riesgo de darse cuenta de las fallas cuando es
irreversible e inmanejable la situación, cuando se han generado ya
perdidas y desgaste.
Las personas nos diferenciamos de
las plantas y otros seres vivos, por la capacidad de analizar, decidir,
planear, ejecutar conscientemente, prever y solucionar los problemas. Los
humanos tenemos el derecho y a su vez el deber de utilizar nuestros derechos,
talentos, dotes y capacidades para buscar la satisfacción de las necesidades y
lograr bienestar, personal, de familia y laborales.
El
matrimonio con frecuencia fracasa porque viven en la misma casa, pero no hay
una planeación conjunta de como
convivir y
lograr la satisfacción de necesidades, prosperidad y bienestar de todos los
miembros de la familia. La frustración porque aunque se aman no
parece posible lograr una "relación perfecta". Si no unen sus
vidas a través de una planeación conjunta y concertada, incluyendo el
seguimiento y evaluación para hacer mejoras continuas, no hay unión. La unión
da fuerza para afrontar los retos y permite que funcione la relación, la
desunión la debilita la empuja al divorcio.
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