sábado, 3 de octubre de 2015


DISAUTONOMIA, UNA DURA CARGA FISICA Y EMOCIONAL -
Alba Lucia Castro, psicóloga, mayo 2015

 La disautonomía es una condición física en que el sistema nervioso autónomo no funciona adecuadamente por deficiencias de  electrolitos y neurotrasmisores. Este regula las funciones inconscientes y automáticas de todos los órganos y sistemas del cuerpo.

Implica deficiencias en la circulación de la sangre, presión baja, taquicardias o bradicardia y cambios bruscos en la presión sanguínea; el retorno venoso es lento, la sangre se acumula en los pies y piernas, por esto se cansan, marean, desmayan o sufren sincopes al estar de pie y caminar despacio en desfiles y centros comerciales.

Tienen inteligencia normal, pero la falta de irrigación sanguínea o de energía en el cerebro, a ratos ocasiona dificultad para concentrarse, leer, comprender, analizar, memorizar, pensar con claridad e incluso hablar fluidamente. Pueden olvidar momentáneamente cosas como el nombre de un amigo o el tema en una exposición que ejecutan. Se les dificulta aprender otro idioma y memorizar al pie de la letra textos largos

Los síntomas a veces se confunden con los de hipoglicemia, pueden presentar debilidad articular y muscular; malestares gástricos, respiratorios, urinarios y otros sin causa aparente. Se debe evitar fiebre mayor a 38°C, diarrea, vómito y deshidratación, porque puede ocasionar un sincope   que cause lesiones en el cerebro o un paro cardiaco mortal. Se debe evitar todo factor de estrés,  sustos y los movimientos rápidos, repentinos y bruscos.


Con frecuencia sienten agotamiento, tristeza, depresión, deseos de aislarse. Les cuesta trabajo levantarse y lograr la homeostasis para pensar, sentir y actuar coordinada y rápidamente. Necesitan dormir bien y recostar el cuerpo a ratos durante el día. La gente los percibe como poco sociables, apáticos, flojos y perezosos. Se afectan emocionalmente, al sentir sus limitaciones se frustran, pueden estar de mal genio, angustiarse y desesperarse cuando los demás no los comprenden.

A veces se deprimen porque tienen que luchar a diario para lograr que el cuerpo funcione para poder afrontar las cosas cotidianas, las relaciones sociales y sus responsabilidades. En las tardes es   frecuente que el agotamiento aparezca dificultando la realización de actividades que requieran concentración o bajos esfuerzos físicos.

Deben estar siempre acompañados de personas que sepan su condición y que profesores, jefes, compañeros y amigos, sepan cómo ayudarlo porque en cualquier momento sufren sincopes con pérdida completa o incompleta de conciencia, mareos,  aturdimiento, dificultades motrices y de comunicación.

Deben acostarlos con la cabeza y los pies un poco levantados y  poner sal debajo de la lengua, darles agua con sal o un suero oral. Si duran más de 5 minutos inconscientes o la presión baja es menor de 55, requieren atención médica urgente.

Los profesionales que tratan la disautonomía son Neurólogo, cardiólogo electrofisiólogo, pediatra o internista.  Se recomienda apoyo psicológico para el afectado y  su familia, porque la disautonomía trae una carga emocional dura,  pues esta puede disminuir hacia los 25 años,  desaparecer y luego reaparecer en diferentes momentos o etapas de la vida

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