viernes, 11 de septiembre de 2015

DAÑOS POR ABUSO Y VIOLENCIA SEXUAL, PENA DE MUERTE PARA EL VICTIMARIO



NADIE IMAGINA EL DAÑO DEL ABUSO Y VIOLENCIA SEXUAL
ALBA LUCIA CASTRO psicóloga. agosto 28 de 2015

Cada vez que encuentro a alguien hombre o mujer que ha sido abusado sexual y me doy cuenta de su desajuste y de la gran lucha continua y desvastadora, siento deseos de pedir la pena de muerte para los abusadores y violadores sexuales.

El abusador se gana la confianza y el afecto del niño(a), lo controla, manipula y domina, le genera miedo y le da afecto y lo confunde. En sus estructuras mentales el niño no logra definir qué es lo sano, correcto, agradable o desagradable. Se debate entre el miedo a la ira y al castigo y el miedo a perder el afecto, los regalos o beneficios que el abusador le da por seguirle el juego.

El violador destroza el cuerpo, alma, la dignidad, los derechos a expresar sus sentimientos, pensamientos y deseos, el derecho a defender su cuerpo de un ataque mortal y de buscar protección. Vive momentos terribles de angustia, dolor físico y psicológico que siempre lo acompañarán, como el sentimiento de ira acompañada de terror que queda sembrado en lo más profundo de su mente, cuerpo, afectividad y alma.

Una angustia que se vuelve viva en el momento en que alguna situación, palabra, suceso, lugar u objeto, detona los recuerdos y revive el pánico sentido, es decir pierde el derecho a la paz interior, a la estabilidad y fortaleza emocional genuinos.

Tanto el abusado como el violado, podrá como mecanismo de defensa borrar de su consciente los actos de abuso y violación, pero jamás podrán eliminarlos de su inconsciente. Requerirán de mucho amor de su familia, comprensión, ayuda psicoterapéutica e incluso psiquiátrica para poder aprender a manejar el trauma y sus secuelas.

Pueden desarrollar diversas fobias, trastornos de ansiedad, estrés postraumático, trastornos esquizoides, trastorno desafiante o antisocial de la personalidad, dadas las dificultades para relacionarse con otros y consigo mismo, pues les es difícil identificarse, definirse y desarrollar su sexualidad.

Algunos jamás logran definir si son heterosexuales u homosexuales, otros jamás alcanzan a vivir una relación amorosa sana y estable, otros deciden vivir una sexualidad aberrante, ser abusadores o violadores para saciar su natural deseo sexual plasmado de ansiedad, dolor psicológico y confusión.

Como consecuencia de su angustia, desamor, autorrechazo, vergüenza, asco hacia sus genitales o a si mismos, sentimiento de inadecuación, inferioridad e ira profunda contra la vida y contra todo, pueden desarrollar enfermedades psicosomáticas como hipocondrías, cáncer, leucemia, asma, artritis o lupus entre otras.

Ahora dígame Ud. ¿los abusadores y violadores sexuales merecen la pena de muerte?

No hay comentarios:

Publicar un comentario