sábado, 18 de agosto de 2012

DEJAD QUE LOS NIÑOS SEAN NIÑOS....



ALBA LUCIA CASTRO
 
Los niños nacen buenos e indefensos…. Los padres los preparan para 
enfrentar la realidad, darse a si mismos la vida que se merecen, convivir  con 
otros de manera constructiva y realizar un servicio a la humanidad con su 
trabajo. Eso es educar, una magna responsabilidad que se asume con los hijos 
desde antes de nacer hasta cuando pueden vivir por si mismos.
 
El bebe indefenso busca la seguridad en los gigantes que le atienden 
con cariño, pues depende totalmente de ellos. Cualquier ruido intempestivo 
o fuerte los asusta, perciben intuitiva y energéticamente a las personas 
a quienes  aceptan mostrándose tranquilos o los rechazan con su llanto.
 
Para los chiquitines este mundo es desconocido, intentan guardar las 
imágenes visuales relacionándolas con sonidos y los gestos que realiza 
la gente para intentar entender si los aprueban o no. El tono amable de la 
voz indica aprobación, un grito o las voces fuertes indican desaprobación y 
el niño se asusta y llora.
 
Como cuando Usted llega a tierra ajena, el niño observa con todos sus 
sentidos lo que ocurre a su alrededor, intenta imitar todo lo que ve,  ensaya a hacer lo que hacen los demás, quiere saber a través de su boca a qué saben las cosas, las golpea para escuchar como suenan y hacerse una idea de 
las cosas tan extrañas que ve en este mundo.
 
Explora, esculca cajones, imita a los adultos, al primer año aunque 
entiende  el 20% de lo que ellos le dicen, solo cuenta con unas 15 palabras 
claves para comunicarse con ellos. A los tres años ya tiene en su vocabulario 
unas 500 palabras y con ellas pregunta con gran avidez de saber y poder 
comprender el planeta al cual ha llegado.
 
Nada es fácil para los niños, pues  cada día el mundo los sorprende, 
Necesitan  tener quien los escuche y les responda sus preguntas; 
requieren de alguien que les establezca los limites y la forma de 
comportarse,-(léase disciplina amorosa, orientación y criterios) alguien que les de 
seguridad y apoyo para conocer el mundo que los rodea, pues ese mundo desconocido produce ansiedad, incertidumbre, frustración y angustia.
 
La única forma que tiene un niño antes de los 6 años para enfrentar la 
frustración y la ira es llorando, incluso con una pataleta porque aún 
no tiene capacidad de hacer juicios morales ni manejar sus emociones.
 
El mundo del niño es el juego, el diálogo, la magia de los cuentos  y  
el amor sin limite ni condición…. ¿Qué tanto ayuda Usted a sus hijos a 
vivir  una infancia feliz?

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