Observa la naturaleza y descubre las Leyes universales |
ALBA
LUCIA CASTRO Psicóloga.
Cuando
descubrimos nuestra naturaleza esencial y sabemos "quién soy
realmente", descubrimos nuestro
espíritu, la esencia inmaterial plasmada
en los principios, valores, defectos y virtudes humanas que hace que seamos lo
que somos y no otro ser humano.
Ese
espíritu pasa a ser la guía interna, propia y autónoma, sobre la que
fundamentamos nuestras decisiones diarias, por tanto ya no serán las cosas
externas las que influyen en nosotros.
Un
espíritu virtuoso, fuerte en valores y criterios rectos, nos hace libres, pues ya no sentimos la
necesidad de buscar la aprobación de los demás, ni de controlar las cosas, las
circunstancias o las personas para mantener el equilibrio y la lucha por el
poder para vencer y el temor irracional desaparecen.
Se
es libre, cuando ya no dependemos totalmente de las circunstancias, personas y
cosas que nos rodean, sino que interactuamos con las personas, aprovechamos las
circunstancias y aprendemos a afrontar las situaciones difíciles o cotidianas
para lograr responsablemente bienestar y prosperidad material y espiritual
Nuestro
espíritu libre no se sostiene en títulos, propiedades, estrato social, cargo
laboral ni en el dinero; se fundamenta en los principios rectos, las leyes
universales, el apoyo Divino que se deriva de estar en estado de paz consigo
mismo, con el universo y con el Creador y de
la capacidad de amar, comprender y perdonar.
Por
eso no teme a los desafíos, respeta a todo el mundo; no se siente inferior a
nadie tampoco superior y tiene la convicción de que nada le pertenece para
siempre, nada es eterno, sabio ni perfecto. Reconoce que las estaciones también
son parte de la vida por tanto hay tiempos vitales de verano, invierno,
primavera y otoño.
El
poder del YO, se logra con el autoconocimiento y autoaceptación, pues cuando
hay autoestima real, se centra la vida en lo que sabemos que somos capaces y
trabajamos diariamente por tener mejores habilidades y cualidades, y dejamos de
juzgar a otros.
El
silencio, el encuentro consigo mismo, la humildad, sencillez, honestidad y la
capacidad de observación y análisis, nos llevarán a comprender la realidad tal
cual es, sin afectarnos porque las cosas no son como nos gustarían y entonces
podemos afrontar los problemas con nuestra potencialidad real, con fortaleza y
templanza, caridad, justicia y prudencia
El
espíritu conserva el equilibrio del ser humano cuando tiene fe en que el
Creador nos ama, protege y ofrece alternativas. La esperanza de que después de
la tormenta, viene la calma y en calma podremos ver con claridad el camino que
más conviene. La fe y la esperanza sostendrán nuestra paz interior y la
capacidad amar y aprender mientras disfrutamos de la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario