viernes, 9 de septiembre de 2016

CONVIVENCIA Y COMUNICACIÓN FAMILIAR

¿TIENES HOGAR O VIVES EN HOSTAL?
ALBA LUCIA CASTRO, PSICOLOGA

La relación de pareja tiene como medio de subsistencia la comunicación honesta, serena, objetiva y bien asertiva. Para fortalecerla  y prosperar, es conveniente que la relación sea sólida, es decir que se logre una unidad en los objetivos de la convivencia y las formas de lograrlos, para que todos los miembros de la pareja caminen en la misma dirección sin perder su identidad y autonomía propia.

La estructura de la familia, se compone de dos pilares que son hombre y mujer, más los hijos, hijastros, abuelos o familiares que conviven bajo el mismo techo. Muchos de los problemas familiares suceden porque no se dicen las cosas sinceramente y de manera que no ofenda ni genere conflicto, pero también el otro 80% del origen es porque se habla pero no se escucha y no se logran acuerdos.

La época aquella en que uno de los jefes de la familia hablaba y todos obedecían, paso hace mucho rato al baúl de los recuerdos, pues las circunstancias económicas, políticas, sociales, laborales y culturales eran otras, que tenían sus ventajas pero también sus desventajas.

Hoy la mujer relación hombre mujer y la familia, se fundamentan en los derechos humanos, de infancia y adolescencia y los derechos constitucionales. Además, la situación económica y formas de sostenerse son más urbanas que rurales y hace mucho tiempo la mujer bien sea por economía o por el derecho a evolucionar como persona autónoma, trabaja y pasa menos tiempo en la casa.

Las circunstancias actuales requieren esfuerzos y organización de la familia estableciendo acuerdos en un reglamento de convivencia, para que el Hogar sea Dulce hogar y no un hostil e impersonal hostal.

La soledad esa sensación de no tener a quien contarle cosas importantes, a quien escuchar, con quien compartir aparentes pendejadas cotidianas como preguntarle a otro: “oye como se me ve esta camisa con este pantalón”, es lo que poco a poco va haciendo que la gente se encierre y se aísle afectivamente.

Actualmente la virtualidad aparentemente “subsana” la soledad, pero saben qué? No es cierto!! El ser humano, entre más joven más necesita compañía, pero también el adulto y ni qué decir del adulto mayor.


ES que la falta de intercambio de la energía vital y calidez producen sensación de vacío, aburrimiento  y depresión, ésta produce inestabilidad emocional, enfermedades psicosomáticas y trastornos mentales, incluso conduce al suicidio.

Todo ser humano por naturaleza necesita sentir oportunamente miradas, abrazos y toques de cariño; palabras acompañadas de un abrazo; llorar juntos de la risa por bobadas, jugar y hacerse bromas espontáneas e incluso es sanadora una acalorada  discusión o protesta inmediata por algo que molesta, pues verifica que es importante para otros y puede sentir amor y apoyo en la energía que trasmiten mutuamente, en los gestos, posturas corporales y actitudes que la virtualidad no deja percibir.


Qué quieres construir para ti y para tu familia: ¿un Hogar dulce hogar o un hostil y frio hostal? Para construir hogar, hay que limitar la virtualidad, dando espacio a la presencia activa y a la comunicación asertiva. 

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