viernes, 9 de septiembre de 2016

¡¡NO ESPERE QUE SU PAREJA CAMBIE!!


Alba lucia castro, psicóloga, julio 2015

Hay relaciones tormentosas, compuestas por una persona sumisa, candorosa, de carácter débil, dependiente, con baja autoestima y otra dominante, agresiva, tirana, egoísta, inestable emocionalmente, manipuladora incluso infiel y desleal; conforman un juego destructor en el que se rotan los roles de víctima, victimario y salvador. 


La sumisa dependiente por lo general “ama demasiado”, es la típica persona que aunque sufre con la tiranía siempre satisface las exigencias del tirano, después de que recibe insultos y golpes,  perdona y pone la otra mejilla porque ama y cree que amar implica sufrir.

Los desplantes, humillaciones e infidelidades se aguantan con resignación,  porque el tirano algunas veces se porta amable, puede darle regalo, prometer que no volverá a hacerlo y que cambiará o en otros casos, amenaza con abandonar a la pareja sumisa y dependiente porque está harto(a) de tanto problema.

Con frecuencia la persona sumisa espera que algún día el tirano cambie. Espera que cuando nazcan los hijos, cuando mejoren las condiciones laborales, económicas o sociales, el tirano logre aterrizar y darse cuenta del daño que causa, pero casi nunca se cumplen los sueños de la persona sumisa.

Lo que sucede en algunos casos irremediables, es que la estructura de la personalidad marca la forma de comportarse, forman parte de esta estructura por un lado la forma innata de percibir los sucesos, vivir las emociones y reaccionar.

Por otro lado incluye los aprendizajes adquiridos a través de lo vivido desde el momento de la concepción porque tanto en la etapa embrionaria como fetal y la primera infancia, la mente del ser humano asume subjetivamente los sucesos, conformando los esquemas mentales primarios, que vienen siendo criterios inconscientes sobre los que el individuo se fundamenta para actuar.

Por tanto, un individuo no deseado, rechazado, abandonado afectivamente, maltratado y abusado sexualmente, guarda en su mente inconsciente  dolor psicológico, miedo, angustia, frustración e ira, y en consecuencia va desarrollando formas de actuar llenas de esos sentimientos negativos, mecanismos de defensa y agresividad.

Como esa forma de “ser” está en un marco mental tan profundo, el individuo quizás no recuerda los eventos dolorosos y no comprende qué le sucede o le parece que simplemente él es así y no le importa lo que otros le digan o piensen de él. Por tanto si no reconoce el problema, pues tampoco pensará ni deseará solucionarlo para no causar daño, quizás piense que el causante de los problemas es el otro miembro de la pareja.


Entonces, ¿para qué ilusionarse pensando que algún día cambiara?  Se recomienda buscar ayuda psicológica para equilibrarse psicológicamente y sanar heridas, antes de tomar decisiones de separarse o continuar la relación, pero tenga presente que el deber esencial de todo ser humano es cuidar su salud física y mental, así como la de sus hijos. 

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